Origen

 

Las acumulaciones de carbonatos pueden tener orígenes edáficos muy variados. Básicamente pueden dividirse en autóctonos y alóctonos.

 

Autóctonos

Los carbonatos proceden del material original bien porque estuvieran presentes en él, que es el caso más común, o porque, aunque no estén físicamente presentes en la roca, se han neoformado en el suelo a consecuencia de la alteración de los minerales primarios, como puede ser el caso de plagioclasas, piroxenos y anfíboles.

 

Alóctonos

Los carbonatos no tienen relación genética alguna con el material original. Su origen se debe a una contribución externa bien han sido transportados por el agua, como consecuencia de una contaminación de una capa de agua regional o son debidos a una escorrentía local, tan importante en áreas montañosas. Finalmente, en algunos casos, especialmente en las regiones áridas, los carbonatos pueden tener un origen eólico.

 

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