Origen de los carbonatos de los suelos

 

Los carbonatos generalmente derivan directamente del material original y ocasionalmente se forman por alteración de minerales presentes en la roca madre (en ambos casos se dice que son autóctonos). En otros casos, los carbonatos proceden de fuentes externas, por ejemplo, transporte por viento o agua (alóctonos).

Los carbonatos del suelo están sometidos a procesos de movilización desde los horizontes de superficie. Desde un punto de vista genético es de gran interés distinguir un posible origen edáfico de las acumulaciones de carbonatos de origen geológico procedentes de la roca madre.

A nivel microscópico se pueden reconocer algunos rasgos característicos:

 Distribuciones muy irregulares

Una distribución muy irregular de los carbonatos del suelo es un rasgo claro de origen edáfico. Unos poros tiene revestimientos espesos, otros muy delgados y otros no presentan ninguno en absoluto.

En el caso de depósitos procedentes de aguas subterráneas, las acumulaciones de carbonatos son mucho más uniformes (todos los poros presentan similares revestimientos, y son muy homogéneos para un mismo poro).

 

 Revestimientos discontinuos

Los revestimientos de los carbonatos del suelo están algunas veces interrumpidos dando lugar a peliculas discontínuas.

 

 Colgantes

El secado de los suelos origina una mayor retención de la humedad del suelo en las partes inferiores de las gravas lo que da lugar a la formación de colgantes.

 

 Puentes entre los granos

Como resultado de la desecación las soluciones del suelo se concentran entre granos, formando meniscos y los carbonatos precipitan formando puentes.

 

  Revestimientos de carbonatos sobre otros edaforrasgos

En algunos casos la presencia de carbonatos cubriendo otros edaforrasgos (ej. recubriendo revestimientos de arcilla iluvial) es suficiente para demostrar su origen edáfico.

 

 Sombreros

A veces los carbonatos edáficos se presentan recubriendo la parte alta de los granos minerales.

   

 

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